Fue sólo un partido de pretemporada, dirán. Pero, en realidad, se trató del estreno en casa de un Real Madrid que vuelve a apostar a las estrellas. Y casi termina estrellado: empató 1 a 1 con Al Ittihad de Arabia Saudita en pleno Santiago Bernabeu por la Peace Cup.

El partido recién se despertó hacia el final del primer tiempo. Fue entonces cuando el portugués Cristiano Ronaldo probó con un disparo de media distancia que fue neutralizado por Zaid, el arquero árabe, de gran nivel.

Después se vio un Real Madrid más activo en ataque, aunque debió pasar fuertes zozobras en defensa (el argentino Ezequiel Garay había sido sustituido en el entretiempo). Las aproximaciones dieron su fruto: el interminable Raúl recibió de Karim Benzema y, de media vuelta, anotó la ventaja parcial. Estaba casi todo dado para que el local se tranquilizara ante un rival inferior pero los errores de sus defensores continuaron (no jugaron Casilla, Raul Albiol, Pepe y Sergio Ramos) y, en un corner, Aboucherouane anticipó a Fernando Gago en el primer palo y anotó de cabeza el empate a los 64 minutos.

De inmediato, el entrenador Manuel Pellegrini decidió sacar a Gago, a Ronaldo y a Benzema. Gonzalo Higuaín, Guti y Robben no agregaron demasiado y el protagonismo, inesperadamente, pasó a los delanteros del campeón de Arabia: en dos ocasiones estuvieron mano a mano con Dudek y, para suerte de los madridistas, fallaron. El argentino Gabriel Calderón se lamentaba en el banco.

También hubo tiempo para una ocasión del Madrid: Esteban Granero probó desde lejos y la pelota pegó en el travesaño.

El empate tuvo sabor a derrota para los dos. Los aficionados de Real Madrid esperaban un show de goles y tuvieron que agradecer no perder. Acaso sea Al Itihad el que recupere más aspectos positivos de este encuentro, pero se quedaron en las puertas de la historia.

Pellegrini declaró que estos partidos son "una anécdota". El chileno espera por sus defensores titulares y, sobre todo, por el brasileño Kaká: tal vez con ellos llegue gran parte de la solución.