Lionel Messi ha recibido finalmente el balón de oro que entrega todos los años la revista France Football, consagrando al mejor jugador de la temporada en Europa. Luego de ocupar el 3º y 2º puesto (respectivamente) en las votaciones de 2007 y 2008, el rosarino fue premiado merecídamente con el premio más valioso del viejo continente.

Fue una temporada de ensueño para Messi la 2008/2009, tanto con el Barcelona como a nivel individual, que incluyó la triple corona obtenida con el club catalán y distinciones personales dentro de las que se destacan las de goleador y mejor jugador de la Champions League, además de formar parte del once ideal de la competencia.

Por otra parte, Messi es el primer argentino que consigue esta distinción, ya que tanto Di Stéfano como Sívori lo hicieron con nacionalidades española e italiana respectivamente. Por su parte, Maradona no pudo ganarlo debido a que en sus épocas de jugador el premio sólo era entregado a europeos o nacionalizados.

La magia de la pulga parece no tener techo y ayer quedó demostrado con la brillante actuación del rosarino en el triunfo del Barcelona ante el Deportivo La Coruña como visitante (1-3), donde se anotó con dos goles en el marcador.

Ahora, sólo le falta coronarse con la selección argentina, que tras un turbulento camino consiguió el pasaje al Mundial de Sudáfrica y ya conoce sus rivales en el grupo B. Pero que Messi explote su talento con la albiceleste no depende únicamente de él. Cuerpo técnico y compañeros deben "mimarlo", invitarlo a jugar, hacerlo sentir cómodo y comprender, de una buena vez, que es el jugador más valioso en la actualidad. En Europa lo saben, ahora resta que por estos pagos definitivamente se tome conciencia de que estamos en presencia de un jugador que, con el paso de los años, se convertirá en un mito.