Didier Drogba, Michael Ballack, Wayne Rooney, Rio Ferdinand, Carlos Tévez, Steven Gerrard y Frank Lampard. La Premier League es una de las dos o tres ligas que reune más estrellas en todo el mundo. Si hasta hace unos meses reunió a Robinho y Cristiano Ronaldo, con pasado y presente en Real Madrid, equipo de galácticos. Sin embargo, parece que una nube negra se asoma en el horizonte y los directivos ya tomaron nota.

El diario The Guardian dio a conocer un informe de la UEFA según el cual la liga de Inglaterra está muy cerca de una crisis económica. Los clubes ingleses deben 4160 millones de euros. La noticia se difundió rápidamente, aunque no tuvo la difusión que merecía. En las últimas horas, se agregó otro hecho: Portsmouth, que había tentado a Diego Maradona para que fuera una suerte de embajador, se declaró en bancarrota. La situación es tan grave que amenaza con no dejarlo terminar la temporada. Debe más de 78 millones de euros y, por un descuento de nueve puntos (debido a la intervención a la que fue sometido), tiene un pie en segunda división.
Nadie duda de que, a ese nivel, el fútbol es un negocio. Alguien dijo alguna vez que la FIFA es la empresa con más ganancias del mundo entero. Si es así, la UEFA es su sucursal más prolífera. No sólo reúne a millones de espectadores (por televisión, internet y en las gradas) en Europa, sino que sus ligas más importantes y la Champions League se sitúan cerca de los grandes acontecimientos deportivos en cuanto a repercusión. Las empresas desembolsan miles de millones de euros para que sus logos aparezcan en pantalla o tan solo en el estadio (Heineken, patrocinante de la Champions, es el máximo exponente) pero el dinero que llega a los clubes no es suficiente.
La cara de la ruina es Portsmouth pero los clubes más grandes de Inglaterra también la pasan mal. Manchester United, por caso, sufre económicamente y en algún momento se insinuó que el contrato con sir Alex ferguson sería parte del recorte de gastos. La crisis, entonces, llegó al campo de juego. Liverpool está atrapado en una telaraña de reclamos, intesreses y créditos. Ya no anima la Premier: la crisis repercute en el rendimiento del equipo. Los directivos esperan encontrar 120 millones de euros que le den respiro en su relación enfermiza con el Bank of Scotland.
Aunque el informe de la UEFA es preocupante, es peligrosa la constancia de la situación. Ya a comienzos de 2009 se hablaba de clubes al borde del desmantelamiento y ahora la situación se agravó. Parece la explosión de una burbuja.