Se esperaba una ida igualada. La victoria del visitante entraba en los cálculos pero no la manera. Es que, más allá del gol de ventaja, lo de Manchester United fue muy bueno. Parecía que, con el gol tempranero de Ronaldinho, el encuentro se rompía a favor de Milan. Los ingleses se vieron liitados a luchar. Allí creció la figura del veterano Paul Scholes. Tuvo su premio y, con mucha suerte, empató.

Michael Carrick se hizo grande. Apareció Darren Fletcher. Los centrales de Milan sufrieron con los centros cruzados y Wayne Rooney mostró sus credenciales a través de dos goles. El tanto de Clarence Seedorf le devolvió el aliento al conjunto italiano. Ahora deberá ir a Old Trafford con la obigación de ganar.
Lyon, en tanto, superó ajustadamente a Real Madrid. Los madrileños tuvieron siempre la iniciativa pero poco provecho pudieron sacar de ella. Después de unos primeros minutos que ilusionaron a los merengues, Lyon se replegó y apostó a la velocidad de Delgado y de Govou para contraatacar rápido. El juego de los número nueve era distinto: Lisandro López pivoteaba y, en cambio, Gonzalo Higuaín iba hacia los costados para arrastrar la marcade un entral y dejar así un callejón abierto frente al arco. El sacrificio de Lyon pudo más que los lujos inútiles de Cristiano Ronaldo y que la soledad de Kaká. Pudo ser empate pero el gol de Jean Makoun puso la mínima diferencia y abrió la serie.