La victoria este sábado del Real Madrid frente al Atlético por 3-2 en el clásico de la capital española sirvió para que los dirigidos por el chileno Manuel Pelegrini prolonguen la enorme paternidad que llevan sobre sus vecinos de Manzanares. Ni siquiera el envión del final sirvió para que el colchonero rescate un punto en el derby. Una década, a la que habrá que sumarle un año más, lleva el Real sin concoer la derrota frente a su archirival de la ciudad. Para encontrar en el archivo el último triunfo del Atlético frente a los blancos, hay que trasladarse a 1999, en el estadio Santiago Bernabeu, precisamente la temporada en la que los albirojos perdieron la categoría.

Sin embargo, no sólo la sequía de triunfos en el clásico es lo que preocupa en este presente colchonero. Los fantasmas de aquella fatídica temporada 1998/1999 comienzan a asomarse. El Atleti ocupa las últimas posiciones en un camponato español que hace rato que no lo ve como animador. Los malos resultados en el camponato doméstico y Champions League han alentado la salida del entrenador Abel Resino, reemplazado recientemente por Enrique Sánchez Flores y ni siquiera la categoría de sus delanteros Sergio Aguero y Diego Frolán, que sacan la cara por el equipo constantemente, resultan suficientes para que el resto se contagie. A decir verdad, a la dupla atacante del Atleti ya le queda chica la camiseta blanca con bastones rojos. Es injusto que semejantes cracks paguen los platos rotos por la pobreza futbolística de sus compañeros. Pero es lo que hay, en el Vicente Calderón no queda espacio para el lamento y las especulaciones. Los colchoneros deberán replantearse seriamente varios aspectos, futbolísticos e institucionales, si pretenden no jugar en la segunda categoría el año que viene.